28 setembro 2007

Tatiana Oroño (Uruguay)

Areté

Se ponen del lado de Aquiles porque un rey prepotente merece ganarse adversarios. La arenga de Aquiles suena bien todavía: “aunque mi parte del botín nunca iguala a la tuya yo vuelvo a las tiendas teniéndola pequeña pero grata después de haberme cansado en el combate”. Le da un aire común al reclamo del semidiós que es inferior a un rey a la hora de los beneficios. Aquiles reclama su derecho al reconocimiento; el reconocimiento público del valor de cada uno es la areté. Él la defiende con el aplomo con que hoy se reclamaría, cheque en mano, un pago bancario negado. La areté es algo que se “aísla” –se comprueba que existe- en una clase de literatura, así como en la de química se aísla un elemento en el tubo de ensayo. Algo que no se olvida.
No existe otra palabra que ayude a ver qué es eso, a qué se debe eso que le venía pasando a una y que no se sabía qué era: ser defraudada por la indiferencia de los demás. Y que la indiferencia era, directamente, injusticia. Y que tres mil años atrás, era ilegal.



Los hombres

juegan en equipo. Esa práctica

de dividir al medio y tener de rival
a una mitad y a la otra de aliada

es jugada

maestra. Ordena
el mundo.
Vende

locus
amenus.
De talud
a tribuna numerada.



Hijos de las metáforas

las ideas

no se matan un fantasma

recorre Europa toda Dinamarca
es una cárcel
hay algo entre la tierra y el cielo que no había soñado
tu filosofía

no nos bañamos dos veces en el mismo río

todo lo sólido se disuelve en el aire
en el tren del

progreso
(una laguna lúgubre
de monedas de plata) el tiempo es
oro dadme

un ordenador
y os daré la globalización

navigare necesse

dadme mi caballo

Descendientes de
imágenes:
el que no tiene
nada

lo tiene todo sólo sé
que no sé nada no tenéis

para perder más que
las cadenas

la poesía
no se vende
porque no
se vende

la poesía tiene como fin la verdad práctica
la poesía es del que la necesita
la poesía debe ser hecha por todos

el paisaje es un estado de alma el pueblo / unido / jamás será vencido
quedará en la leyenda / esta guerra este volcán / los días de balachaiev / los soldados del soviet
/ los días de balachaiev / los soldados
del soviet /

Cuando despertó el elefante todavía estaba allí.



[Do livro morada móvil]




Tatiana Oroño é de São José, Uruguai. Poeta e profesora de Língua e Literatura Espanholas, com mestrado em Literatura Latinoamericana. Já publicou El alfabeto verde, 1979; Poemas, 1982; Tajos, 1990; Bajamar, 1996; Tout fut ce qui ne fut pas, ed. Bilingüe, 2004.

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